


En la actualidad las lámparas
fluorescentes se han convertido en el medio de iluminación de uso más
generalizado en comercios, oficinas, sitios públicos, viviendas, etc. Sin
embargo, no todas las personas conocen cómo funcionan, cómo emiten luz sin
generar apenas calor, ni cómo pueden desarrollar más lúmenes por watt (lm/W)
con menor consumo de energía eléctrica, comparadas con las lámparas
incandescentes en igualdad de condiciones de iluminación.
La tecnología más antigua conocida en las lámparas fluorescentes es la del encendido por precalentamiento. De ese tipo de lámpara aún quedan millones funcionando en todo el mundo a pesar del avance tecnológico que han experimentado en estos últimos años y las nuevas variantes que se han desarrollado. Sin embargo, su principio de funcionamiento no ha variado mucho desde 1938 cuando se introdujeron las primeras en el mercado. Veamos a continuación cuáles son las partes principales que componen las lámparas fluorescentes más elementales: |
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Tubo de descarga. El cuerpo o tubo de
descarga de las lámparas fluorescentes se fabrica de vidrio, con diferentes
longitudes y diámetros. La longitud depende, fundamentalmente, de la potencia
en watt (W) que desarrolle la lámpara. El diámetro, por su parte, se ha
estandarizado a 25,4 mm (equivalente a una pulgada) en la mayoría de los
tubos. Los más comunes y de uso más generalizado tienen forma recta, aunque
también se pueden encontrar con forma circular.
La pared interior del tubo se encuentra recubierta con una capa de sustancia fosforescente o fluorescente, cuya misión es convertir los rayos de luz ultravioleta (que se generan dentro y que no son visibles para el ojo humano), en radiaciones de luz visible. Para que eso ocurra, su interior se encuentra relleno con un gas inerte, generalmente argón (Ar) y una pequeña cantidad de mercurio (Hg) líquido. El gas argón se encarga de facilitar el surgimiento del arco eléctrico que posibilita el encendido de la lámpara, así como de controlar también la intensidad del flujo de electrones que atraviesa el tubo. |
Casquillos. La mayoría de los
tubos fluorescentes rectos poseen en cada uno de sus extremos un casquillo
con dos patillas o pines de contactos eléctricos externos, conectadas
interiormente con los filamentos de caldeo o de precalentamiento. Estos
filamentos están fabricados con metal de tungsteno, conocido también por el
nombre químico de wolframio (W), recubiertos de calcio (Ca) y magnesio (Mg) y
su función principal en los tubos de las lámparas fluorescente es calentar
previamente el gas argón que contienen en su interior para que se puedan
encender.
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